Perro baño

Has escuchado alguna vez, incluso de la boca de un veterinario, que debemos bañar a nuestro perro o gato solo una vez al mes y jamás de forma frecuente? O que lo ideal es no bañar a nuestro cachorro durante el primer año de vida? Pues estate atento porque, por suerte, estas son teorías erróneas y muy alejadas de la realidad. Hoy en día sabemos, gracias a veterinarios especialistas, que la piel de nuestras mascotas está protegida por una película protectora llamada film hidrolipídico que se segrega por medio de las glándulas sudoríparas apocrinas y sebáceas que tarda 24 horas en formarse. Usando los medios y productos adecuados se puede bañar a nuestra mascota habitualmente y si tienes que tratar su piel incluso puedes bañarla a diario.

En este momento te estarás preguntando cuáles son esas recomendaciones para realizar un baño correcto a nuestra mascota... pues sigue leyendo porque ahora encontrarás tu solución.


5 pasos para bañar a tu perro frecuentemente

Coge libreta y boli y apúntate estos 5 sencillos pasos para que bañar a tu perro se convierta en un hábito sin ningún tipo de riesgo.

 

1. Antes de bañarlo elige el champú correcto

Es importante escoger siempre un champú específico para perro o gato, según la mascota, antes de bañarla. Para ello, te sugerimos pedir consejo a tu peluquero para que te recomiende el efecto y la calidad y acabado ideal para el tipo de pelo y piel de tu animal. Por ejemplo, podrías usar un champú hidratante para tu perro o uno que esté dedicado especialmente para gatos.

 

2. Cepilla a tu mascota y ahorra tiempo

Con la idea de agilizar el secado de tu perro o gato y que tengan un mejor acabado, deberás cepillar a tu mascota antes del baño, abriendo el manto y desenredando los nudos. Se recomienda hacerlo, también, al finalizar el baño así como aplicar un acondicionador en spray que no solo agilizará el proceso sino que también ayudará al secado.

 

3. Regula la temperatura ideal del agua

Para bañar a tu mascota hay que tener en cuenta la temperatura del agua. Procura que en el momento del baño el agua esté alrededor de unos 25ºC para que las condiciones sean ideales.

 

4. El baño no se acaba al salir del agua: ¡Acondiciona!

Se suele pensar que el proceso de baño se acaba cuando también lo hace el agua, pero no. Finalizar un baño con un acondicionador ayudará a mantener la piel hidratada hasta que el film hidrolipídico se genere de nuevo. ¡Es increíble como un paso tan simple puede ser tan beneficioso para tu mascota!

 

5. Seca a tu mascota para rematar el baño

El gran secreto para evitar varios problemas es secar totalmente y en profundidad a tu mascota una vez acabado el baño. Hay que poner especial atención a este paso porque si el manto queda húmedo en un cachorro, o incluso en un adulto en meses de frío, su temperatura corporal bajará pudiendo llegar a resfriarse, afectando a su salud. Además, dejar un manto húmedo o no realizar un secado correctamente puede resultar en una reacción cutánea en el animal o generar mal olor, que es precisamente el objetivo contrario que quieres cuando bañas a tu mascota.

 

 

En otras palabras, puedes bañar a tu animal frecuentemente siempre que lo hagas con los medios adecuados y siguiendo estos pasos. Los problemas aparecen cuando este proceso se hace sin cuidado o con prisas aunque eso no es ningún secreto, pues en todas las cosas vas a tener peor resultado sin dedicación o atención.