Cómo hacer del baño una experiencia positiva para el perro

Bañar a los perros es una de las tareas más complicadas de hacer en nuestro hogar. Fugas en mitad del baño, pataletas, lloros o temblores... ¿Te resulta familiar? Como no queremos que este ritual se convierta en una tortura ni para ti ni para tu mejor amigo, te ayudaremos con unos cuantos consejos. ¡Toma nota!

8 consejos para que la hora del baño sea más llevadera

La higiene es una parte indispensable para que el perro se encuentre sano y cómodo. Por eso, es muy importante que te ocupes de bañarlo cuando lo necesita. La frecuencia de los baños dependerá de las características de tu mascota y de su actividad en el exterior. Lo normal es hacerlo una vez al mes o cada dos.

Eso sí, a veces este ritual de higiene puede convertirse en toda una odisea, sobre todo, en el caso de los perros con miedo al agua. Para evitarlo, a continuación te traemos varias recomendaciones que te serán de mucha ayuda.

1. Prepara todo con antelación

Saca y coloca los utensilios y productos que vayas a necesitar antes de meter al perro en la bañera o ducha. La rapidez es tu mejor aliada cuando se trata de bañar a tu perro. Por eso, lo ideal es que tengas todo a mano para ocuparte del baño al 100 % y, de este modo, no dejar solo a tu mejor amigo.

2. Engáñalo

Posiblemente, suene un poco cruel, pero recurrir al engaño es una opción. Muchos perros, cuando ven el despliegue de champú, toalla y demás utensilios, se dan cuenta de que es la hora del baño y empiezan a huir de ti y a esconderse. ¿Te ha pasado?

En esos casos, nuestro consejo es que le pidas a alguien que lo saque a dar una vuelta mientras tú te dedicas a prepararlo todo. Cuando llegue a casa, estará relajado y muy feliz por verte. ¡Es la oportunidad perfecta para cogerlo en brazos y llevarlo a la bañera!

Por supuesto, una vez dentro del baño, no olvides cerrar la puerta. Ya sabes que aprovechará cualquier descuido para escapar.

3. Tranquilízalo

Por fin está en la bañera, ¿ahora qué? Es totalmente comprensible que en este punto, el perro tenga miedo, tiemble y quiera marcharse. En este momento, deberás mostrar tus mejores dotes para apaciguarlo. Puedes hacerlo de varias formas. Por ejemplo, hablándole de un modo suave y calmado. Dile lo mucho que lo quieres, que todo está bien y que muy pronto acabarás. Si lo prefieres, también puedes optar por cantar. Ya sabes lo que dicen, ¡la música amansa a las fieras!

Ante todo, muéstrate tranquilo y firme. Demuéstrale que es una situación que ha de aceptar.

4. Controla la temperatura

Se recomienda que el agua esté a unos 39 °C. Sin embargo, lo más adecuado es que sea el perro el que decida cuál es la temperatura más agradable para él. Ve probando hasta dar con la óptima.

5. Pon una alfombrilla

Recubre el suelo resbaladizo de la ducha o la bañera con una alfombrilla antideslizante o con una toalla. Así, le proporcionarás una base firme en la que sujetarse. En caso contrario, el perro estará inestable y escurriéndose todo el rato, lo que aumentará su nerviosismo.

6. Poco a poco

Hay mucha tensión en el ambiente, así que, lo último que querrás son movimientos bruscos y exagerados. Moja su cuerpo poco a poco empezando desde las patas y sube gradualmente. No dudes en acariciarlo para que se sienta tranquilo.

Una vez mojado, aplica el champú dando un masaje relajante. Usa productos adecuados para sus necesidades y evita que le caigan en los ojos. Después, enjuaga en el orden que te hemos comentado. Lo ideal es hacer dos aplicaciones de champú, aunque puedes comenzar solo con una hasta que el perro se encuentre más cómodo con esta rutina.

7. Prémialo

¡Nada como un buen soborno! Eso sí, tienes que hacerlo en los momentos adecuados. Felicítalo y dale una chuche o su premio favorito cuando esté sentado o quieto. Es importante que lo hagas cuando se esté comportando de la manera que quieres. Si lo haces cuando está intentando escapar, tomará el premio como un refuerzo positivo a su actitud escapista, y eso no te conviene.

8. Sécalo con toalla

Para secar, comienza con una bayeta eliminando la mayor cantidad de agua y humedad. Cepilla el manto y termina el secado con un secador. En caso de que el ruido le moleste, recuerda que existen los orejeros, que evaden del ruido y hacen más fácil esta operación. Por último, considera aplicar un poco de perfume Artero Fresh para darle el toque final.

Estamos convencidos de que, si pones en práctica estos consejos, bañar a los perros será una tarea mucho más fácil y llevadera. Si necesitas una ayuda extra, recuerda que, en Artero, tenemos de todo para la higiene de perros. ¡Entra en nuestra web y echa un vistazo a nuestro catálogo!